Nery es la esencia de ese significado de mujer que trasciende, que lucha, que trabaja, que es perseverante, que vive la vida desde su realidad, con la ilusión de un mejor mañana.
Nery House Cleaning Services
Historia
¿Cómo nacemos ?
Nery House Cleaning Services cobra vida después de la partida de un ser especial y grandioso: una sobrina maravillosa que, a la tierna edad de 14 años, fue arrebatada de su hogar. Nery me consideraba siempre su modelo a seguir, y yo la amaba profundamente. Recibir la noticia de su partida fue devastador; hasta el día de hoy no comprendo cómo una niña tan alegre, trabajadora, estudiosa y soñadora, tuvo que vivir momentos tan dolorosos.
Las carencias afectivas, la injusticia y la pobreza fueron constantes en su vida. A pesar de amarla y estar al pendiente de ella mientras mi hermana trabajaba arduamente para mantener a sus hijos, me fue imposible detener los abusos que la pequeña tenía que enfrentar por parte de su familia paterna. Un día, su colitis nerviosa se complicó debido a estos episodios de abuso, y fue llevada de urgencias al hospital, donde se le aplicaron incorrectamente los medicamentos, provocando un ataque al corazón. En sus últimos momentos, con voz suplicante, le pidió a mi hermana que abandonara la casa y cuidara de sus hermanas. También me pidió que cuidara bien a mis hijos y que no los dejara solos, nunca. Mi hermosa Nery falleció, pero nos dejó en el corazón la enseñanza más grande: nacemos y morimos para que otros puedan venir a este mundo.
Poco tiempo después, para mi sorpresa y la de mi familia, e incluso de algunos médicos, me enteré de que estaba embarazada. No podía creerlo, ya que me cuidaba extremadamente para no concebir, y además, una parte de mí no se sentía preparada para asumir esta realidad. Todo cambió cuando supe que era una niña; todo parecía tener un significado más grande. Desde mi vientre, sentí cómo esa vida que me habían arrebatado crecía nuevamente dentro de mí. Era una pequeña, un ser que necesitaba de mí, de mis cuidados; era mi hija, mi Nery Navarro Ruiz.
Su llegada fue una bendición completa para nuestras vidas, llenando de alegría y felicidad nuestros corazones. A pesar de estar viviendo momentos de tanta dicha, las situaciones difíciles no dieron espera; mi esposo perdió su empleo y el país enfrentaba tiempos difíciles. La angustia embargaba mi hogar; sin embargo, descubrí talentos en mí que no había identificado. Me llené de determinación y ganas de sacar adelante a mi familia, así que comencé a buscar formas de emprender, desde la venta de tortillas hasta la recolección de botes reciclables, entre otras cosas.
Nunca he sentido la mano de Dios lejos de mí, incluso en momentos de temor y escasez. Muchas veces vi cómo no tenía suficiente para el alimento de mis hijos y cómo, de repente, al clamar a el Todopoderoso su ayuda, Él proveía de una manera u otra el pan para mi mesa. Presencié milagros y bendiciones muy grandes que, hasta el día de hoy, son mi motivación para pensar en positivo y creer que puedo seguir trabajando por mis sueños porque sé que Dios estará conmigo. Aunque las dificultades parecen asomarse, sé que veré su ayuda y misericordia.
Mis hijos aterrizaron de manera extraordinaria mi propósito de vida. Me he esforzado no sólo por brindarles lo necesario para su vida, sino por estar ahí para ellos, sin descuidar su crianza, protegiéndolos de muchos peligros y estando presente cuando me necesitan. Son ellos y las experiencias difíciles las que me han edificado a lo largo de la vida y me permiten constituir mi empresa. Busco inspirar a madres, esposas, mujeres cabeza de hogar, sobrevivientes de violencia intrafamiliar, latinas y a todas las mujeres valientes que deseen un mejor mañana. Quiero llegar a ellas, aportar en su crecimiento y sé que puedo hacerlo desde mi esfuerzo, desde lo que he realizado porque también soy una mujer guerrera, dispuesta a seguir adelante. Anhelo que esta historia sea el impulso que muchas necesitan para creer en sí mismas, para no temer a las dificultades y para adoptar la valentía para perseguir sus anhelos.
